Fue en el año 1979 cuando Toru Iwatani, diseñador de la empresa Namco, tuvo la brillante inspiración de concebir un juego en el que una esfera amarilla atravesara pasillos comiendo bolitas blancas y huyendo de fantasmas. Todos sabemos como terminó esto, y en el éxito sin precedentes que la maquina recreativa tuvo en todo el mundo, pero a lo mejor no habías visto al genio en cuestión con su libreta de trabajo, aquella que uso para idear el juego. No es que resulte impactante por la calidad del dibujo, pero sin duda es un testimonio de lo más curioso de cómo se gestó una de las ideas más brillantes de los inicios del videojuego moderno.
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